Skip to main
 
 
 
 
 
 
Thursday 15 de December de 2016

Premio Ariel

Academia Nacional de Letras distinguió al poeta Leonardo de León por “El hacha del bufón”

El escritor y poeta oriundo de Minas, Leonardo de León (33), recibió este miércoles 14 de diciembre el Premio Ariel de la Academia Nacional de Letras (ANL) en su primera edición. La ANL instituyó el reconocimiento para promover la creación e investigación en los campos de la lengua y la literatura en español. En esta primera edición se premió a la categoría Poesía.

El jurado integrado por los académicos Jorge Arbeleche, Rafael Courtoisie y Ricardo Pallares le otorgó este galardón de manera unánime por su obra “El hacha del bufón”, presentada bajo el seudónimo “Verdugo”. El tribunal consideró que “el libro reúne creación verbal con formas rigurosas que expresan algunos de los grandes temas líricos según el paradigma de lengua y de poesía que adopta”.
 

Leonardo de León es profesor de literatura y fue colaborador de las revistas Iscariote, La letra breve, y columnista de libros en la revista Megafón de Buenos Aires. Estudió cine, y fue guionista y director del corto Pero la puta madre (2008). Obtuvo varios reconocimientos por sus diferentes obras: No vi la luna (Premio Nacional de narrativa Banda Oriental), Confirmación del aliento (Premio de poesía Pablo Neruda para jóvenes poetas), El Nirvana de Apolo (Premio Casa de los Escritores 2012), La selva en la semilla (haikus), Detrás del murallón de los rituales (Premio Casa de los Escritores 2013), y Otra piedra de sol (Mención de honor premio Juan Carlos Onetti). En 2013 ganó por segunda vez el Premio Pablo Neruda por el poemario Desapariciones (inédito). Participó del libro colectivo para niños El libro uruguayo de los colores.

“Decidí participar del premio por la institución que lo avalaba y por el carácter y el relieve del jurado, todos escritores que he leído y de los que he aprendido. Significa para mí un aliento y una forma de obtener más recursos para obtener mecanismos de edición”, expresó de León.

“No creo que los premios en los que he participado se han un certificado de pericia o de calidad literaria. Son una cosa muy bonita. Para mi sencillamente quiere decir que una serie de gente que respeto como lectores me dicen que les ha gustado lo que he hecho”, añadió.

Para de León “hay que seguir haciendo lo que sentís que viniste a hacer, al margen de los resultados porque ciertamente aunque no obtenga ninguna clase de reconocimiento voy a seguir escribiendo porque no me aguanto sino escribo”. “Es una forma de vida”, sentenció.

Acerca de la obra ganadora comentó que se trata de un libro de 50 sonetos y 50 haikus “dialogando uno con otro”. “La idea era cruzar dos formatos poéticos que provienen de tradiciones distintas, el soneto como un formato occidental nacido en Italia en el siglo XI y el haikus que, diferencia de la grandilocuencia del soneto occidental, invita a la captación de un instante más bien efímero, que se compone de tres versos. Dos formatos rígidos pero de extensiones variables”.

“Quise mostrar el carácter lúdico del lenguaje representado en el bufón, puesto que el libro quiere jugar con las posibilidades del soneto, y tratar de expandir sus fronteras y hacer lo mismo con el haiku, ese es el lado bufonesco del libro. Por otro lado el hacha, del verdugo, que vendría a ser como la presencia punitiva, que viene a dar un corte, que establece un corte, que puede ser fatal. Y mostrar en estas figuras también el carácter tragicómico de la vida".

"Busqué trabajar temáticas terribles de la vida desde un punto de vista casi cómico, y a la inversa, mostrar con cierto peso algunas cosas que podemos considerar cotidianas y cuyo peso verdadero ignoramos”.

De León consideró como “una apuesta jugada” la de presentar un libro de sonetos en estos tiempos. “El poema no debe ser injustamente señalado cuando se debe amoldar a ciertas estructuras sino que puede manejarlas con la suficiente libertad como para que el mensaje quede libre. La estructura es apenas un campo de juego donde las posibilidades son infinitas", señaló.

Sostuvo que sus influencias poéticas son muchas, pero destacó en especial la poesía vertical del argentino Roberto Juarroz, el lado sonetista de Jorge Luis Borges, así como su admiración por Pallares, Courtoisie y Arbeleche.

De León dijo que hay muchos jóvenes escribiendo aunque para él estos no se sienten parte de una generación como, por ejemplo, la del´45.

“Creo que esta idea de incluirse dentro de una estética que unifica la producción poética o literaria de un montón de gente ya quedo de lado. Estamos en tiempo de posmodernismo, las estructuras y los parámetros ya se hicieron trizas hace tiempo. Cada uno está haciendo su camino. Si bien a nivel social esto tiene consecuencias atroces a nivel literario es una cosa buena, porque a veces incluirse en una determinada estética limita la búsqueda personal porque te atas a la voz colectiva”, concluyó. 

  

Premio Ariel