Finalizado el Festival Cervantino, Uruguay homenajeó la figura del embajador mexicano Vicente Muñiz Arroyo
Uruguay cerró su participación en el Festival Cervantino en Guanajuato, México, homenajeando la figura de Vicente Muñiz Arroyo, quien fuera embajador de México en nuestro país en el año 1976.
Los Ministerios de Educación y Cultura y de Relaciones Exteriores, realizaron en el Auditorio Nacional Adela Reta, una devolución de la intervención uruguaya durante el Festival, celebrado entre el 9 y el 23 de octubre.
Uruguay fue el invitado de honor en esta 41º edición, en la que se presentaron más de 3000 artistas de 31 países que realizaron 400 actividades en distintas disciplinas.
El Gobernador del Estado de Guanajuato, Miguel Márquez, definió al Uruguay como un "país rico en expresiones propias pero con un carácter universal, que posee una enorme multiplicidad de talentos."
En la inauguración del Festival, el presidente José Mujica, se dirigió al pueblo mexicano a través de un audiovisual manifestando que "siempre estará muy cerca de nuestros corazones la conciencia de lo que significó México para los compatriotas del Sur".
El Ministro Ehrlich, estuvo presente durante los 19 días que duró el Festival y "para los que estábamos allí, Guanajuato parecía vivir a la hora uruguaya" expresó el jerarca y reconoció que "nuestra presencia era para cerrar un ciclo".
Por su parte, el sub secretario del Ministerio de Relaciones Exteriores, Luis Porto, agradeció la presencia de los artistas en el Festival "por habernos representado y reflejado nuestras emociones desde el arte" y se comprometió, desde su cartera, a asegurar e impulsar siempre la participación uruguaya en el Festival Cervantino.
Vicente Muñiz Arroyo: un mexicano emblemático
Para recordar la figura de Muñiz Arroyo y su incansable trabajo en la defensa de los derechos humanos en nuestro país, Rafael Guarga compartió sus vivencias y anécdotas en la embajada y lo definió como una persona "que realmente ponía el pellejo detrás de sus dichos".
En el año 1976, Muñiz Arroyo, asumió como embajador de México en Uruguay y durante su gestión concedió asilo diplomático a más de 400 personas perseguidas por la dictadura, tanto en la propia embajada como en su domicilio particular. Guarga fue junto a otros 200 uruguayos, hospedado junto a su mujer y su pequeña hija de 3 meses, en el domicilio personal del embajador.
Recordó su estadía en la casa de la calle Andrés Puyol como un lugar en el que Muñiz Arroyo "siempre estaba buscando generar un clima de distensión y cercanía que generaba un gran cariño de nosotros hacia el".
En mayo de 1977, Muñiz Arroyo fue sustituido en su cargo de embajador y vuelve a nuestro país en 1987, donde fallece cinco años después.
Para finalizar el homenaje, alumnos de 6º año de la escuela México, interpretaron un rap y un jarabe tapatío.