Original de “Instrucciones del Año XIII” está bajo custodia del Museo Histórico Nacional
En el Museo Histórico Nacional, dependiente del Ministerio de Educación y Cultura, en la Ciudad Vieja de Montevideo, se encuentra, en custodia, la única copia de las “Instrucciones del Año XIII”, que las autoridades de la institución saben que existe en dependencias públicas de Uruguay.
El documento es una copia autenticada por José Artigas y fue donado a la institución por el extinto José Claudio Williman. La institución posee un respaldo fotográfico y respaldo digital con una copia escaneada del texto.
La directora del museo, Ariadna Islas, explicó que al menos existen cuatro ejemplares más, distribuidos en el Archivo Mitre y particulares, en Argentina, y otro en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, en Brasil. A diferencia del que se encuentra en la edificación que perteneciera a Fructuoso Rivera, este último ejemplar no posee la firma del Jefe de los Orientales.
El texto, escrito en ambas caras, aparece recubierto con una hoja de papel japonés, encima de la cual se añaden dos cartones, de similares medidas, libres de ácido. Este protocolo evita, según Islas, la oxidación del documento.
El conjunto está sujeto con una cinta que Islas y la jefa de la sección Antecedentes e Inventarios del Museo, Fernanda González, develan meticulosamente con sus manos enguantadas.
“A este le llamamos papel con filigrana porque tiene una marca de agua”, expone Islas. “Es un papel hecho de tela —que luce amarillento— que le aporta una determinada trama y está escrito con pluma” relató.
Un ejemplar para cada representante oriental
El título del documento dice: “Instrucciones que se dieron a los representantes del Pueblo Oriental para el desempeño de su encargo en la Asamblea Constituyente fijada en la ciudad de Buenos Aires”, lee con voz pausada Islas.
Al pie de los 20 artículos que componen las “Instrucciones del Año XIII”, luce la expresión: “Es copia”, acompañada de la firma de José Artigas. Es decir que con su rúbrica el prócer autenticó que el documento fue uno de los originales surgidos del Congreso de Tres Cruces.
“¿No es un documento espectacular?”, expresó Islas, sin esperar una respuesta. “Es una cosa muy emotiva ver su austeridad”, apuntó.
La historiadora indicó que no está identificado de quién es la escritura del articulado. “No estamos aún en condiciones de asegurar que pertenezca a Miguel Barreiro”, aunque esa es una posibilidad, dijo.
“No sabemos exactamente cuántas copias se hicieron, aunque sí que hubo una por cada uno de los cinco representantes orientales” que asistieron a la Asamblea Constituyente, agregó.
Islas aclaró que se denominan originales a los documentos que fueron elaborados en la época en que los acontecimientos ocurren, en este caso, el Congreso de Tres Cruces.
Por lo tanto, aunque se le confiera la calidad de copia, se trata de un original porque fue emanado en un acontecimiento particular. Además, es un manuscrito, es decir, que alguien lo escribió de puño y letra.
El documento original no se encuentra expuesto al público, y no hay certezas de que este integre la exposición “1813” que, con motivo del Bicentenario de las “Instrucciones del Año XIII”, inaugurará la institución el 23 de abril.
Tecnología develó una “s” en lugar de una “t”
“El sistema republicano representativo democrático es un componente muy importante en la identidad de los uruguayos”, sostuvo Islas. “Estos documentos tienen un valor simbólico muy importante y cuando los exponemos al público los hacemos sufrir, porque están a merced del polvo, la luz y otros agentes”. “Por otra parte —matizó— pensamos que para la generación que vive el Bicentenario sería interesante exhibirlo durante un período muy corto”.
Islas reconoció que es un objetivo del Museo Histórico Nacional y del Archivo General de la Nación lograr que documentos de significación histórica, como el presente, puedan estar en condiciones de humedad y temperatura adecuadas.
González, recordó que 200 años después de escrito el documento aún continúa aportando información. El uso de la tecnología permitió advertir, en el artículo 8, que lo que en el papel parecía ser una “t”, en el término “denominante”, en realidad se trataba de una “s”.
Fue así que se recuperó su primera construcción: “El territorio que ocupan estos pueblos de la costa del Oriente del Río Uruguay hasta la fortaleza de Santa Teresa forma una sola Provincia, ‘denominanse’: La Provincia Oriental”.
Islas admite que el común de la gente no sabe cómo es el documento original. “Es nuestro deber estimular en el público el sentimiento de trascendencia que rodea al texto, esa idea de profundidad del tiempo histórico y del valor de los vestigios históricos como un patrimonio que nos es propio y que debemos conocer”, reflexionó.