La misión de un poeta
Tiene sentido del humor y parece disfrutar de la ironía. Casi militante de abarcar todas las culturas posibles, sin prejuicios ni privilegios, nombra al grupo de cumbia plancha La Plebe en la misma oración que al músico clásico Stockhausen. Junto a su equipo este año se fijó la meta de consolidar la cultura uruguaya como materia de exportación y nos cuenta qué rama del arte se demanda más desde afuera, así como por qué considera que los videojuegos son cultura. Cuenta sobre el Plan Nacional de Cultura y el Sistema Nacional de Museos, pero también qué última película le gustó o qué novelista -dejado de lado por ser best seller- cuenta con su total admiración. Hugo Achugar es, además de Director Nacional de Cultura, poeta, ensayista y académico, con el vicio de estar rodeado por el arte, delante y detrás del mostrador. Aquí la segunda entrevista del ciclo que propone acercarnos a las autoridades del MEC desde una mirada tan institucional como humana.
¿Cuáles son las prioridades de la Dirección Nacional de Cultura (DNC) para este año?
Seguiremos con el lema “cultura para todos”, continuando con la democratización de la producción cultural y el acceso a nivel territorial a través de distintos programas: Usinas Culturales, Fábricas de la Cultura, Arte y Juventud… Pero en particular este año nos enfocamos en lo que llamamos “Cultura uruguaya: Valor agregado de exportación”. Ya terminamos la investigación pero además tenemos un programa de incentivo apoyado por el Instituto Uruguay XXI, sobre venta de derechos de autor de escritores, espectáculos musicales, artes escénicas… Además el año pasado realizamos el Mercado de las Artes de Uruguay que ya ha dado resultados importantes y este año estaremos en la feria del South by South West, en Austin, que es el mayor mercado de música, con seis grupos nacionales como Cuarteto de Nos, Malena Muyala o Max Capote. También esperamos tener elaborado hacia fin de año el Plan Nacional de Cultura, que ya estamos trabajando con los Directores de Cultura de todo el país. No deja de ser prioridad la presencia en la 55ª Bienal de Venecia, el Premio Nacional de Música, y continuar con leyes como la Ley del Libro y otros proyectos institucionales.
¿Cómo definiría el concepto “cultura para todos”?
Es para todos y para todas, hombres y mujeres, pero no sólo para los artistas (aunque hay un desarrollo cultural para ellos porque tenemos becas y premios), sino que brindamos a través de las Usinas Culturales el acceso a producir música o cine gratuitamente y sin censura, con instalaciones para gente que no tiene acceso ni poder económico. Si a ello le agregás que tenemos Fábricas de Cultura en cárceles y en el Vilardebó, el desarrollo cultural es para todos porque aún aquellos procesados que pierden los derechos cívicos como votar, o los psiquiátricos incapacitados que pierden el derecho de casarse, manejar dinero, etcétera, no pierden sus derechos culturales. Desarrollo cultural para todos es poder crear cultura estemos en la situación que estemos. Por eso mismo este año estamos trabajando con la Dirección Nacional de Derechos Humanos para crear un proyecto de ley que garantice los derechos culturales. El Estado tiene que hacer políticas culturales que incluyan a todos sin excluir a nadie. Tenemos el Urbano Espacio Cultural para gente en situación de calle, en convenio con el Mides. ¿Pero cómo? ¿La gente en situación de calle tiene derecho a la cultura? ¿Y por qué no? Los hurgadores de basura, por ejemplo, hicieron un video en la Usina Cultural de Casavalle que se puede ver en Youtube, producido y guionado por ellos, con asistencia técnica, sobre su propia vida.
¿Qué historias recuerda particularmente del trabajo de las Usinas y Fábricas de Cultura?
Una vez en el centro Urbano un hombre en situación de calle nos mostró una cajita de madera pintada por él y nos dijo: “Esto lo hice yo, no saben cuánto aumento mi autoestima”… Y recuerdo que en el backstage de un video que filmaron en la Usina de Cultura de la cárcel de Paysandú hay una mujer que cuenta: “cuando yo estoy en la celda ahora pienso en lo que voy a hacer mañana en la película”. Es como que con estas cosas rescatás la dignidad humana, al individuo, y lo hacés descubrir todo lo que es capaz… Con lo que sea, con un videoclip, una canción, un ladrillo vidriado o una marioneta…
¿Qué implicará el Plan Nacional de Cultura?
Trabajar regionalmente en el país, a partir de reclamos locales, como hicimos con la Ley del Sistema Nacional de Museos y en consulta con los actores del lugar, pero además con los directores de cultura, los alcaldes y los ediles porque la realidad de Montevideo e Interior es diferente. Ya lo estamos haciendo a través de los Fondos Concursables, los Fondos de Infraestructura Cultural, los Fondos de Incentivo, etcétera, que es la forma más transparente de manejar los dineros públicos. La intención es armar una política de Estado que trascienda gobiernos, administraciones e individuos, que no dependa solamente de quien está en este lugar o en otro. La profesionalización de los profesores de cultura con la diplomatura en Gestión Cultural en la UdelaR, pero también asegurando que no desaparezcan ciertas cosas, como el Instituto de Artes Escénicas (INAE).
¿Qué demanda de productos uruguayos hubo en el último Mercado de las Artes de Uruguay (MAU)?
Tenemos una cantidad de negocios en gestión: Max Capote en Guadalajara, la participación en el Primer Mercado de Folclore Digital en Mendoza, Trosky Vengaran, Once Tiros y Ana Prada en Colombia, realización de programas de música en Brasil, Murga Madre en Córdoba, la obra de teatro “Bienvenida a casa” en Argentina, Brasil, Chile y España, danza en Ecuador, teatro de María Dodera en México, de Barrera en Brasil, “Las Julietas” en Australia… A dos meses del MAU ya hay difusión en más de 30 países. Tener estos resultados, que equivalen como a US$ 250 mil, abre puertas. Si a esto le agregás los festivales de música y la venta de derechos de libros en ferias internacionales, abre un campo que nunca se pensó y que es muy interesante. Los artistas están encantados pero falta seducir a los políticos para que entiendan que la industria cultural produce. La semana pasada salió un artículo excelente en El País de Madrid sobre cómo Islandia después de tremenda crisis económica se recupera apostando al arte, la cultura y las industrias creativas. Si a eso le sumás el cine y la industria del software lo que abrís es enorme. Entonces, la cultura es riqueza espiritual, identidad, crecimiento y derechos, pero también está la dimensión productiva, en una sociedad que se queja de depender de las comodities sin valor agregado.
¿Cuáles son las ramas del arte uruguayo más demandadas en el exterior?
El cine y la música, pero creo que este año con los datos que tenemos van a terminar siendo los videojuegos. La exportación de software en Uruguay es de US$ 600 millones de dólares al año. Hay ejemplos impresionantes, como los programadores uruguayos que vendieron a Apple el juego de los yetis en el mapa de Montevideo. En su primera aparición en el mercado 23 millones de celulares lo descargaron, solamente en Estados Unidos. Y vos preguntás, ¿eso es cultura? Claro que es cultura, es creatividad. Lo que sucede ahora es que son datos muy difíciles de estudiar, porque los negocios cambian, la música no se edita en discos sino que se descarga de Internet entre otros muchos cambios, así que tenés que empezar a medir otras cosas. Y esa es la razón por la cual yo creo que habría que crear -que no podrá ser en esta administración- un Instituto Nacional de Estadísticas Culturales. No sé si debería estar dentro del ministerio, yo creo que sí. Quizás con apoyo de la OPP (Oficina de Planeamiento y Presupuesto) o en una alianza con el INE (Instituto Nacional de Estadística), pero tiene que haber información sobre consumos culturales como la que está produciendo la Universidad. Porque después lees que sólo el 35% de las personas asistieron al carnaval alguna vez en el año, y sin embargo pensamos en esa como la actividad fundamental y te das cuenta que el total de asistentes no es tan alto. Estos datos son fundamentales, pero no solamente para desarrollar políticas culturales, sino también para las empresas, agencias de publicidad, el Estado, para repartir los dineros y los fondos, viendo cómo funciona el país realmente.
¿Es necesario legislar más en la protección del artista?
Sí, claro. Estamos trabajando con el Ministerio de Trabajo y delegados de los gremios que están hoy reconocidos por la Ley: los músicos, el ámbito de las artes escénicas y la danza. Pero cuando se hizo la normativa, quizás por la debilidad de los gremios del sector, no se incluyó a los escritores y artistas visuales y ahora estamos trabajando para integrarlos en la reforma que se va a presentar, esperemos que este año. Con los músicos y teatreros se pueden contabilizar para la jubilación y los aportes las horas de representación y ensayo, pero, ¿cómo hacés con un pintor, un escultor o un poeta? Entonces esa es la dificultad que estamos tratando de resolver ahora, que tiene que estar contemplada y que no estuvo en la primera.
¿Qué resultados se han observado con el Fondo de Incentivo Cultural?
El Fondo viene creciendo enormemente. Podemos decir que necesita mucho más divulgación porque el tiempo que lleva cambiar la cabeza de los uruguayos es mucho, pero en los últimos tres años y medio avanzamos del primer año con $ 600.000 a cerrar el 2012 con $ 21 millones. Y sólo en enero de 2013 ya se cubrió el 25% de todo lo recaudado en 2012. Así que la línea es claramente ascendente.
¿Cómo ha sido la reacción de los empresarios ante esta propuesta?
Ha mejorado mucho porque hemos introducido el premio a las 10 empresas que más contribuyeron con los Fondos de Incentivo. Además, nos hemos asegurado que proyectos que no son montevideanos obtengan financiación, porque hacerlos lleva entrenamiento y práctica y la gente del interior del país no podía competir tan justamente.
¿Qué desafíos implica y qué objetivos se traza la Ley del Sistema Nacional de Museos?
Nos trazamos ayudar a la profesionalización. Es un proyecto que surge del trabajo con directores de museos de todo el país y con asistencia de expertos españoles y latinoamericanos. Luego se presentó al Parlamento y fue aprobado por todos los partidos. El desafío es lograr tener los recursos económicos como para que haya un fondo que permita la profesionalización, para que los museos y las colecciones museográficas -porque no toda colección es un museo- sean realmente profesionales. Además, redefine funciones. Aunque tenemos muy buenos técnicos idóneos en varios de los museos, en otros por abandono o por no estar en la agenda política del país ni ser prioridad, no iba la gente más idónea, o la que hubo se fue jubilando. Esto nos permite ordenar, profesionalizar y responsabilizar, darle al país una ley para un país responsable y serio como tiene que ser.
¿Hay modificaciones previstas a la Ley del Libro?
Sí, estamos trabajando con la Comisión del Libro y estamos contratando a un experto para que nos asesore. Ya tenemos un informe previo hecho por el doctor Juan Carlos Pereyra que fue un gran avance. Se hicieron consultas a la Cámara Uruguaya del Libro, a editores independientes, a la Biblioteca Nacional, al Archivo General de la Nación, la Casa de los Escritores y ahora vamos a modernizar… Es necesario porque el libro cambió y el negocio de los libros también. Ahora hay ebooks, tablets y otros soportes, cosas que no estaban contempladas. Una de las dificultades que tiene la cultura es que -en algunas cosas- va mucho más rápido que las normas. Hay aspectos de la actividad artístico-cultural que son permanentes, duran 200 o 300 años, pero hay otras que por la revolución tecnológica se actualizan con una gran rapidez. Ahora, a consideración de los asesores del Ministro Ehrlich, presentamos un cambio en el Premio Nacional de Letras, por ejemplo, porque había conceptos que no estaban previstos. En los blogs aparecen obras que, si aparecen en Internet deberían ser consideradas editas y no inéditas. Y se va a abandonar la diferencia entre drama y comedia, porque los especialistas consideran que no tiene sentido. Además, está proyectado crear un nuevo premio a la “ópera prima”, porque a veces es muy difícil competir con gente muy pesada si recién empezás a escribir. No solamente los jóvenes, ¿qué pasa si un hombre de 69 años como tengo yo, quiere empezar a escribir poesía y descubre que tiene un talento bárbaro? ¿Por qué le vas a cerrar esa posibilidad? Entonces el premio tiene la idea de ópera prima que existe en el cine…
Habla de lo rápido que avanza la cultura… Para Achugar, ¿todo es cultura?
Ja… Qué pregunta, podríamos hacer un seminario de tres semestres sobre eso. Sí, creo que todo es cultura pero que no todo es cultura para la misma gente. Para resumirlo: la noción que tiene la gente sobre que “fulano es muy culto” es una noción del siglo XIX, que tuvo cierta vigencia sobre el siglo XX, que yo la combino con una idea de un teórico norteamericano muy importante, Stanley Fish, que habla de “comunidades interpretativas”. ¿Qué quiere decir? Un grupo comparte una serie de códigos y de valores que le permiten leer de una manera un conjunto de actividades. Pero no hay una única comunidad interpretativa, sino que hay múltiples. Por ejemplo, dentro del mundo de la música clásica, si tu no sabés quién es (Karlheinz) Stockhausen, sos profundamente inculto, y si no te gusta, moriste. Mientras que en otra comunidad interpretativa, si tú no oíste nunca hablar del grupo La Plebe, de cumbia plancha, no existís. Yo soy muy culto en una y muy inculto en otras…
¿Cuál es su vínculo con el arte hoy desde la producción?
Sigo escribiendo poesía y ensayos. Acabo de publicar un libro de poesía hace unos meses, “Incorrecciones”.
¿Un hobby?
Jugar al solitario, buscaminas, corazones, todos esos jueguitos me encantan. Y leer información económica, leo todo lo que puedo de todas las fuentes y de todas partes. Estoy como obsesionado con la información económica…
¿Mira televisión?
Mucho.
¿Qué programas atraen su atención?
“Criminal Minds”, “Downtown Abbey”, “Las Aventuras de Poirot”… Espectáculos, noticieros y algunos de los programas periodísticos de los distintos canales uruguayos.
¿Qué le falta a la TV uruguaya?
Mayor cantidad de contenidos nacionales.
¿Cuál fue el último libro que leyó?
El último que agarré para leer de nuevo son unos escritos de Walter Benjamin, que son estudios sobre el tiempo y la modernidad. Antes, “La fiesta del chivo” de Mario Vargas Llosa, y varios libros de poetas uruguayos recientes como Álvaro Ojeda o Eduardo Curbelo. Y un novelista de primer nivel que la “inteligencia” y los “cultos” uruguayos desprecian porque es un best seller, siendo uno de los grandes escritores contemporáneos: Stephen King. Leí su última novela, “22 de noviembre de 1963”, sobre el asesinato de Kennedy. Es uno de los mejores narradores contemporáneos.
¿Practica algún deporte?
No.
¿En qué formato escucha música?
Escucho sobre todo la radio, porque las nuevas generaciones se han apoderado de la música y en casa se escucha lo que escuchan ellos…
¿La última película que vio en el cine y le gustó?
“Lincoln”. A otro nivel me gustó “Django”. Y “Medianoche en París”.
¿A qué dedica su tiempo de ocio?
No tengo mucho pero lo dedico a estar con mi familia, a leer y a seguir con mi vida académica. Estoy dirigiendo tesis doctorales, de maestría, y escribiendo ensayos académicos. No abandono la actividad académica porque este lugar que tengo es pasajero y sólo soy un inquilino.
Producción: Comunicación_MEC