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Lunes 12 de Noviembre de 2012

Resultados del T C Q

Resultados del T Cuento Q 2012

Finalizó la 6xta edición del "T Cuento Q", el concurso de minicuentos por SMS convocado por ANTEL y la Biblioteca Nacional y organizado por La Máquina de Pensar 1050AM con el auspicio de Radio Uruguay 1050 AM (SODRE).

Tras un largo proceso de selección el jurado integrado por Mercedes Rosende, Jaime Clara y Andrés Echevarría definió que el primer premio del TCQ de este año, de un total de 15.085 sms recibidos, va para el siguiente minicuento:

La revolución es otra cosa –le dijo la muñeca de trapo al soldado de plomo. Y así comenzó a deshilacharse para que todos los juguetes fugaran trepando por ella.

Su autor es Diego Coppa, de 28 años, un salteño que trabaja como contador público, y que participa del T Cuento Q desde hace solo dos años (y con bastante éxito: el año pasado logró entrar en las diez menciones) gana así una Samsung Galaxy con un servicio de Banda Ancha Móvil + Voz sin costo durante 12 meses.

El 2do premio fue para Daniella Scuadroni, estudiante de joyería en la UTU, de 23 años, que participaba por primera vez en el T Cuento Q pero que además lo hizo con un SOLO minicuento.

Se trata de un texto que aborda el tema del fin del mundo (tema recurrente en este año 2012 señalado por la profecía maya):

2do Premio

Era un espectáculo realmente hermoso. Mientras los jinetes cabalgaban entre las nubes, algunos miraban sorprendidos de que el apocalipsis fuera tan pintoresco.

Daniella Scuadroni

El 3er premio fue para otra autora, Andrea Durlacher, quien al igual que Daniella Scuadroni recibirá un celular 3.7 G de Antel marca Nokia 2730 con servicio prepago. El minicuento ganador del 3er premio tiene reminiscencias onettianas:

3er Premio

Su mirada triste interesaba a esas mujeres que sueñan que un hombre que toma whisky en el patio es algo más que un hombre que toma whisky en el patio.

Andrea Durlacher

Otro tema recurrente fue el juego con el lenguaje de la medicina forense, al estilo CSI, pero contrastándolo con situaciones absurdas.

Los autores de las 10 menciones del certamen presentan una edad que oscila entre los 19 y 78 años. En algún caso son “reincidentes” de anteriores ediciones (como José Caputo y Teodoro R. Frejtman), en otros se trata de participantes noveles. Algunos son habitantes del Uruguay rural, como el productor José María Gavirondo, que trabaja en una chacra cerca de Paysandú, en San Francisco Chico, tarea que comparte con otros de los 87 finalistas, que viven en parajes rurales de Canelones y Soriano.

Como dato anecdótico se puede agregar que hubo mencionados como el Prof. Sebastián Rodríguez, (profesor de Física) que se enteró de la existencia del T Cuento Q leyendo un minilibro en la biblioteca del liceo donde trabaja. Otro dato alentador es la participación de autores de casi todos los rincones del país, algo que viene siendo una seña de identidad del T Cuento Q pero que esta vez se ha visto aumentada. Sin pretender ser exhaustivos, hubo minicuentos seleccionados de autores que viven en Minas, Paysandú, Fray Bentos, Salto, Pueblo Agraciada (Soriano), Progreso (Canelones), Mercedes, Trinidad, Rodó y otras localidades del interior del país.

Es de recordar que en mayo de este año se presentó El libro de Oro del T Cuento Q en la Biblioteca Nacional, conteniendo los 500 sms de las primeras 5 ediciones.

10 menciones

La soledad lo persigue, y a veces lo atrapa escondido entre la gente.

José Caputo

Llegó al trabajo como siempre. 8:15 sol, 9:30 comida, 9:45 ruido, 12:00 jaula. Ya odiaba el test de rutina en la rata. En su ventana, otro lo miraba y anotaba.

Sebastián Rodríguez

Entre las nubes inmóviles, el rascacielos se balanceaba suavemente.

José María Gavirondo

La persiguen las mayúsculas. Encabezan todo lo que hace y le dan nombre a cuanto nace de ella. Al final ha decidido no preocuparse por cosas tan minúsculas.

Teodoro R. Frejtman

Agenda electrónica de Dios. Recordatorio 21/12/12: "Volver". Batería baja, se apagara el dispositivo. Titulares del 22/12/12: "Presagio Maya fue solo un fraude".

Diego Coppa

Magulladuras en torno al cuello y ojos desorbitados, inyectados en sangre. La caperuza rasgada, la canasta destruida. Sí, definitivamente parece obra del lobo.

Maximiliano Friss

No paraban de hablar del fin del mundo, mientras ella desde la ventana observaba los brotes de los naranjos.

Julia Caputi

Siempre había querido saber que pasa adentro de los cables. Abrí uno y me metí. Consejo: no lo hagan. Les escribo desde acá, pero sigo perdido. Mama, te extraño.

Diego Coppa

Inventó la fórmula mágica de la juventud, pero no se animó a usarla y la tiró a la basura. Ahora los desechos tardan miles de años en desintegrarse.

José Caputo

Arrellanado en su sillón, empuñaba el control remoto, reviviendo los buenos momentos y salteando los malos. De noche, no apagaba la tele por temor a desaparecer.

Sebastián Rodríguez

87 FINALISTAS

La gente corría de acá para allá y en medio de tanta confusión un relámpago me dejó ver sus ojos verdes. Desde entonces en cada relámpago veo sus ojos.

Raquel Scaglia

En ese oscuro día llegó el apocalipsis. Todos corrían, el cielo les caía encima. Todo era derrumbe y caos....y el responsable, un niño pisando el hormiguero.

Lucía Cunha

Los niños miraban asustados el informativo hasta que mamá fantasma les dijo que los vivos no existían.

María Isabel Pérez

Mariposa bella que viniste a la cuna de mi bebé como rara bendición, ¿de donde vienes? Ella respondió de una larva de un sepulcro olvidado...

Jorge de Armas Hernández

Lo vi de lejos, me acerqué, miré sus ojos cansados, las mejillas hundidas. Le hablé y me respondió con un movimiento de labios. ¡Decidí no comprar ese espejo!

Adriana Sabarrós Méndez

Según algunos críticos literarios y otros expertos en la materia, el auge del relato hiperbreve durará poco.

William Teixeira

Tuya Héctor, le dijo mientras le clavaba la pica.

José Caputo

Saltó del avión sin darse cuenta que no se había puesto el paracaídas. En la caída pensaba si había dejado bien cerrada la puerta del fondo.

Marcelo Fabián Rosas

La artista pintó el rostro del diablo. Se desnudó frente al espejo. Sintió una caricia entre sus piernas. Gritó. Alguien tapó su boca. El lienzo estaba vacío.

Domingo De Vitta

Alzó la voz, alzó la mano, el puño como piedra. Ella pensó: ¿Cuándo se alzará la justicia? El silencio grita. Soledad. ¿Resignación? Entonces alzó el cuchillo.

Marcelo Nicolau

Nada personal. Y si ve ballenas no tema: son inofensivas, le dijo el capitán mientras lo arrojaba al mar. "Que sea lo que Dios quiera", contestó el profeta.

William Teixeira

Polonio: ¿qué ocurre querida hija? Ofelia: ¡Oh padre! es que no sé si Hamlet es, o no es, o se hace.

Amado Dubarry

Su barco se internó en el furioso océano en 1848, el viento rugía feroz, se perdió en el horizonte y susurró a la luna su secreto. Ella aún lo sigue escuchando.

Valentina Menoni

El cuerpo se arqueó en el aire. Las manos arañaron el vacío. El grito le llenó la cabeza. El cielo estalló. Fue gol.

Ricardo Piazza Fojo

El silencio de un momento puede guardar toda la magia del divino pensamiento.

Sergio Vila

El conejo, con la varita en la boca, se veía tan estupefacto como el público. Del mago solo quedó la galera.

William Teixeira

Los indios escondieron los espejitos de colores que trajo don Cristóbal. No querían verse la cara de tontos.

José Caputo

Si hubiera sabido que era la última vez que iba a andar en el gusano loco, me hubiera despedido, le hubiera hecho adiós con la mano. ¿Por qué nadie me avisó?

Antonio Pantolios

Había una vez un hombre que había viajado tan pero tan lejos, que llegó hasta el centro neurálgico de sí mismo.

María Isabel Pérez

No podía ver la punta de su nariz. Se presentó ante el Rey. Ahora estaba contento, con el único ojo instalado en el centro de la frente.

Mónica Marchesky

Yacía en el piso, inmóvil. Sus ojos abiertos no miraban a ninguna parte. Su torso desnudo, la gente pasaba y miraba indiferente, otra vez se cayó el maniquí, Puf.

Milton Gabriel Perdomo

Comiendo por la noche una manzana cruda se provee bien la limpieza de dientes. ¿Eso justifica a Eva?

Melissa Hernández

Media hora después de la explosión, Carla recuperó el sentido. No había nada alrededor más que escombros. Entonces vio una luz, y sintió, por primera vez, paz.

Gastón González

El hombre invisible compró una sábana blanca para disfrazarse de fantasma.

José Caputo

Hoy en la mañana descubrí una verdad, por la tarde pensé que no lo era tanto y por la noche descubrí que todo era una mentira.

Esteban Antognazza

Con sus vestidos rasgados y sus ocho brazos quebrados, en las calles mirando al cielo, abandonados, los paraguas montevideanos.

Mario Guerra

Avanza, solo es una pieza más del juego, sabe que su destino no depende de él, que otro ocupará su lugar, digna y circunstancial, esa es la suerte del peón.

Gilder Rojas Castro

Los hizo a su imagen y semejanza, pero poco a poco fueron cambiando. Hasta que un día Dios se sintió discriminado.

José Caputo

¡Qué pasaría si el presente, el pasado, y el futuro se encontraran en un bar! Sería tenso.

Juan Pedro Sapriza

Aquella sombra lo perseguía tanto, que tomó una soga y la enlazó. No le dio el tiempo para darse cuenta de que el ahorcado era él.

María del Huerto Fernández Cortés

Para mí, el hombre nunca llego a la Luna, McCartney es un doble, y la Tierra nunca fue redonda, dijo mientras estudiaba las profecías del pulpo Paul.

Mauricio Desiervi

Tan intenso era el calor en mi habitación que las pocas moscas que habían volaban en masa para abanicarse unas a otras, un lindo acto de compañerismo animal.

Marcelo Dondi

Se puso el traje, cavó la fosa, compró un ataúd y se tomó el veneno. Maldijo, se había olvidado de las flores.

Marcelo Fabián Rosas

Cuando despertó, el profesor de matemáticas "todavía estaba allí."

Alejandro Mesa

Las lágrimas de la Biblia han oxidado al calefón.

José Caputo

Mordió despacio la bombita de una linterna, caminó arriba de un fósforo y se acostó encima de 3 clavos. Era un fakir jubilado.

Marcelo Fabián Rosas

Até mi bicicleta de crayola a un árbol, y me fui volar. Cuando volví a buscarla, la copa del árbol era de colores. Y no existía cuerda.

Luciana Scorza

Me calenté y la separé de mí. Mi fuerte nunca fue dibujar orejas derechas.

Carlos Olazábal

Los finales felices no duran. El lobo tiene asma. Alicia está loca. Hansel es diabético. La sirenita se divorció y Cenicienta ahora calza 40.

Mauricio Desiervi

Era una vertiente inagotable para escribir minicuentos eróticos. A veces los producía en cascada, pero otras veces se mojaba toda.

Teodoro R. Frejtman

Apagó la tele y salió a la calle, solo para estar informado.

José Caputo

Tocaba el piano como los Dioses. Las melodías surgían buscando un horizonte de pentagramas. Y el Universo se preguntaba si no podría ensayar a otra hora.

Teodoro R. Frejtman

Nuevamente había logrado reunir a la familia. Todos hicieron a un lado sus diferencias y se unieron por última vez, cargando entre todos el reluciente cajón.

Santiago Castells

Esperanzados, los tripulantes de las carabelas vieron las aves cruzar el cielo. Entonces llegaron al borde del mundo y el agua los arrastró abajo, abajo.

Marcelo Rolandi

Para él la B es una mujer vista desde arriba, la C inicia los verbos más eróticos y la Y sugiere una dama al sol en la playa. Es un enamorado de las letras.

Teodoro R. Frejtman

Manuel está en el manicomio hace 5 años. Se cree cuerdo como todo loco. Compartimos el cuarto a pesar de que yo estoy cuerdo.

Oscar Acosta

El actor interpretó a un caníbal y desapareció para siempre. Dicen que se lo comió el personaje.

José Caputo

“Cómo ha evolucionado la naturaleza” comentaba una hormiga llevando un compuesto granulado para su guarida.

Wilmar Parodi

La mona le pidió al gusano que mejore la seda.

Nedio Cavalheiro

La margarita tomó a la mujer y le arrancó uno por uno los cabellos, y supo que el geranio la amaba.

Estela Camelia

El monje pasó la vida calculando cuantos ángeles caben en la cabeza de un alfiler. Al morir su frustración fue eterna: en el Paraíso no había alfileres.

María Battegazzore

En mis veinte años como jardinero jamás vi a un cliente tan enojado. Y todo porque le hice crecer unos arbolitos. No trabajo más para japoneses.

William Teixeira

Decidió callar, al sentirse aturdido por el silencio.

Matías Mateus

No le dolían tanto las cinco puñaladas como las palabras que había mencionado su asesino: ''lo siento abuela, la pasta cuesta".

Marcelo Fabián Rosas

El día de su muerte, se planteó un objetivo que alcanzó de inmediato.

Matías Mateus

Aspirando el humo encendí el pabilo. Mientras todos cantaban, la vela juntó sus lágrimas y creció hasta que un fósforo le robó la llama. Ya me siento más joven.

Horacio Silva

El victimario tras las rejas soñaba su libertad. La victima tras las rejas soñaba su libertad. Una guerra sin cuartel se había declarado.

Dostin Armand Pilón

Él sabía bien cómo tratar a las mascotas. Sentía en carne propia el sufrimiento de los perros. Cerraba su veterinaria los viernes... de Luna llena.

Sebastián Rodríguez

Para nosotros la reducción de cabezas es una tradición, dijo el jefe jíbaro. "Para nosotros, además de una tradición, es una necesidad", contestó el dictador.

William Teixeira

Y entonces se puso el sombrero y se marchó, pero antes me dijo, no creas lo que te conté, a mí me quedó la duda porque yo tenía la cicatriz que el mencionó.

Gerardo Cohanoff

Creyó tener éxito con la apertura de Tontos Anónimos, pero comprendió su error cuando los miembros comenzaron a revelar sus identidades.

Maximiliano Friss

Quiso mandar una carta y no pudo, quiso echar nafta y no había. Esperó el ómnibus y no pasó. Se enfermó y no lo atendieron. Murió de disgusto, rodeado de basura.

José Caputo

Indudablemente estamos ante los restos del monstruo de Frankenstein –dijo el forense–: las distintas muestras de ADN no coinciden entre sí.

William Teixeira

¡Cuidado! ¡Cuidado! Viene el ave fénix y me parece que está requemada!

José Caputo

El laberinto era demasiado complejo. Ni siquiera pudo entrar.

Marcelo Fabián Rosas

Le juro que fue en defensa propia, su Señoría. El tipo intentó apuñalarme por la espalda mientras yo leía plácidamente un cuento de Cortázar.

William Teixeira

Pilatos ordenó que lo soltaran y ya nadie lo recuerda, creo que se llamaba Jesús.

José Caputo

Hay un extraterrestre sentado en mi ventana que no me deja cerrarla. Hoy duermo con dos frazadas pero a través de su cuerpo transparente puedo ver la luna.

Mario Guerra

Cuando nos fuimos de luna de miel cada uno de nosotros llevo su almohada de soltero. No quisimos que en nuestra ausencia alguien manipulara nuestros sueños.

Teodoro R. Frejtman

Desde que tengo esta goma mágica he borrado a mis enemigos, mis penas, mi pasado, casi todo. Y cada vez que me miro al espejo me noto más transparente.

William Teixeira

Judas se negó a besarlo, el mundo está perdido.

José Caputo

Una empresa difícil. Paró de llover –dijo Noé– Comencemos.

Ana Wiernik

Mientras vomitaba en el baño pensaba: "Esta es la última vez que me subo a un barco". Ajeno a su malestar el Titanic continuaba su marcha.

Marcelo Fabián Rosas

Él le hizo lugar en el cajón para poner sus joyas. Ella no usó el espacio ni para ropa que nadie utilizaría. Y lo enterró desnudo, boyando en las maderas.

Teodoro R. Frejtman

A la noche número 500, el sultán habló de tv por satélite. A Scherezada le subió un frío por la espalda.

Eduardo Flores

Ella bajó del ómnibus entusiasmada por los guiños propinados por el pasajero de enfrente. Él iba preocupado a su consulta médica por un incipiente tic nervioso.

Martín Laulhé

–Va a matarme –pensó. –Pero necesito uno para poder dormir –. Se juró que era el último de su vida y lo prendió. Por la mañana, en la cama, encontraron sus cenizas.

Sebastián Rodríguez

Largó su espada y desesperado se tiró del caballo, rodó por el pasto tratando rápido de sacarse la armadura pero fue tarde: ya se había meado.

Marcelo Fabián Rosas

Durante mucho tiempo intentó explicarle la vida a su hijo, hasta que la muerte terminó su tarea.

Fernando García Sánchez

Un minuto más. Vamos... No es tanto. Deja esa guadaña en el rincón y juguemos una mano más.

Gabriel Puig

No era el cable azul. Quedan 3 segundos.

Marcelo Fabián Rosas

¿Sería este su último amanecer? Solo debía espera los primeros rayos del sol para saberlo.

Enrique Ruiz

Al despertar el dinosaurio se estaba lavando los dientes.

José Caputo

Hoy no iba a ser un día malo. Había parado de llover, los pájaros cantaban en su ventana, estaban pasando su programa favorito y el tumor dolía menos.

Marcelo Fabián Rosas

No quiero darte una imagen errónea sobre mí, así que ahorrémonos las palabras y comienza a correr.

Maximiliano Friss

Con una voz desafiante, le dijo a sus captores: “¡leer mi mente no les servirá de nada si no entienden lo que estoy pensando!” Y huyó.

Mauricio Desiervi

La lluvia provoca interferencias en las comunicaciones desde la época de las señales de humo.

José Caputo

 

T Cuento Q