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Domingo 14 de Octubre de 2012

Copados

A las 8.30 de la mañana del sábado 13 de octubre llegaron los primeros ómnibus con jóvenes de todos los departamentos; para el mediodía 29 coches estaban vacíos y los chiquilines ubicados en los distintos clubes que les dieron alojamiento. Con ojeras pero de felicidad, más de 1.500 jóvenes de todos los departamentos del país se encontraron en Salto para vestir la ciudad de arte y juventud.        

El Encuentro de Arte y Juventud es organizado por la Dirección Nacional de Cultura del MEC y el Instituto Nacional de la Juventud del MIDES y cuenta con el apoyo de la Intendencia de Salto; pero para que todo salga de la mejor forma trabajan, además, 40 voluntarios de Salto y 45 recreadores.

Javier Gonenberg tiene 21 años y es voluntario, vive en la Colonia Gestido, a 15 km de Salto. Participó en el Encuentro en Paso de los Toros, en 2011, pero no lo hizo como voluntario sino como artista audiovisual. Respecto a la quinta edición, Javier dijo que confía en que como Salto es un departamento grande, el encuentro esté bueno, interesente y divertido.

El gimnasio del Club Nacional está dividido en sectores por departamento. En el piso de la cancha se lee “Cerro Largo”, “Flores”, “Durazno”, y sino se ve qué nombre dice es porque el espacio está tomado por colchones inflables, carpas, sobres de dormir extendidos y varios chiquilines recostados conversando. En su mayoría, salieron de sus departamentos luego de la media noche para arribar a la capital salteña a media mañana.

Grupo participante en los dormitorios

En las gradas están los jóvenes de Limbo perpetuo “una banda de rock y animación”, según se definen riendo. Son cuatro varones que tienen entre 18 y 21 años y hace cinco años tocan juntos; dos viven en Flores y los otros en Montevideo, porque allí estudian. Es la tercera vez que participan de un Encuentro, y al respecto uno de ellos, Manroe, dice: “Está de fiesta porque hay arte corriendo por todos lados. Te encontrás con alguien y es artista. Y además está buenísimo porque todos somos público y a la vez artistas”.

Tirados en colchonetas están los chiquilines de Cielo y patria, de Durazno. Son 14 y tienen entre 11 y 16 años. Dice una de las más pequeñas que lo mejor de estos encuentros es que “se junten todos los departamentos para hacer creatividad y compartir”.

El Club Ferrocarril es bastante más grande, y abierto. Ahí duermen el triple o más que en el Club Nacional. En el piso no cabe ni una carpa más. De una lado, roda de capoeira; del otro, cantan los chiquilines del coro del Liceo 1 de Solymar. En la cancha hay básquetbol y hay hip-hoperos. Los voluntarios y los recreadores se encargan de plantear las reglas de convivencia para compartir las dos noches el encuentro, mientras de fondo suena Calle 13 y el ambiente delata claramente las ansias por pisar las tablas.

Ahí están también los chiquilines de La Comarca, de Piriápolis. Son doce y están todos en los primeros años de liceo. Aunque tuvieron casi ocho horas de viaje, sus caras no muestran cansancio. Es la primera vez que participan y tienen muchas expectativas, dicen que lo mejor que tiene el encuentro es el poder aprender de los demás y también el enseñar y compartir lo que cada uno sabe.

El almuerzo corre por cuenta de la organización del evento, y está a cargo del Batallón Ituzaingó N°7. El traslado también es financiado por los organizadores. El acceso a los escenarios y los teatros es libre y gratuito.

A las 18.00 horas cominenza el desfile inaugural, que contará con la participación de Lonjas del Olimar de Treinta y Tres, grupo cultural Obusibwe de Tacuarembó, Veintidós de Salto y Farol Comunitario del Velódromo Paysandú, más todos los jóvenes que se sumen a la apertura de este encuentro que se las trae.

Mirá la programación aquí.

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Grupo en dormitorio del EAJ 2012