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Herbario, oda a las malas hierbas
Martes 14 de julio de 2020

Herbario, oda a las malas hierbas

De Federico Ruiz Santesteban

Esta colección de hojas secas es retrato y voz de una naturaleza que reclama su lugar perdido en un balneario devenido en ciudad.  Las especies que la integran suelen ser catalogadas como invasoras, yuyos, o malezas. Prefiero entenderlas como parte de un escuadrón de avanzada que con sus hojas y flores pretenden volver por lo que es suyo. Plantas que se revelan para rebelarse, tercas y porfiadas, insistentes en el acto de nacer para combatir al polvo, la aridez y el pavimento.

 

25 años atrás, un grupo de balnearios fue nombrado como “Ciudad de la Costa”. Territorio en el que hasta hace poco tiempo abundaban  montes,  lagos cristalinos y dunas interminables.
Soy parte de ese entorno y fui testigo directo de sus mutaciones, producto de lo que fue considerado el crecimiento demográfico más grande de Latinoamérica.[1]

Hoy, mientras la ciudad genérica avanza y la desforestación se agudiza, las “malezas” encuentran espacios para relucir sus brotes, como si se tratase de un acto heroico de resistencia.

¿Baldío en flor o área infectada?[2]
Tanto las imágenes como los soportes fotográficos[3] que integran este proyecto son especies que crecen naturalmente en la zona.  Plantas habitadas por dualidades, en las que conviven la belleza sutil y la potencia para rajar hormigones.



[1] En los años noventa, la población de la Ciudad de la Costa creció en un 93%, convirtiéndose en la ciudad de mayor desarrollo demográfico de América Latina. Ref.: Focalización sociodemográfica y económica de las zonas costeras. Juan José Calvo, Carmen Varela.
[2] Término utilizado en la campaña de control de la “Margarita de Piria”, MGAP.
[3] El proceso fotográfico utilizado se funda en la reacción de la clorofila. Sin la utilización de tintas ni químicos adicionales.

 

Herbario, oda a las malas hierbas

 
Dirección Nacional de Cultura